lunes, 2 de julio de 2007

Otra escapada…





















Por fin pudimos escaparnos de nuevo con el grupo de “4x4”…esta vez fue a Baro, una antigua estación de trenes que cerro hace 30 años. El viaje fue largo y duro, 5 horas para ir y 5 para volver en el jeep de Alex, un cacharro que alguien, bromeando se lo compraba por 500 dólares…

El lugar queda al oeste de Abuja justo en la ribera del Níger, el rió africano que nace directamente hacia el suicidio…en tierras de Malí dirigiéndose derechito al Sahara, una locura para un rió… después da un giro de 90º y desciende por Níger y Nigeria hasta desembocar en el Atlántico cerca de Uyo, donde tenemos los proyectos.

El camino se hace entretenido, no paras de ver gente en la carretera de arriba para abajo cargados con sus cosas, caminando caminando… también coches y autobuses cargados hasta los tope, imprudentemente cargados de gente, alimentos, animales ….

El pueblo es precioso, una pequeña playa fluvial y unas ruinas de la antigua estación con incluso libros de anotaciones tirados por ahí… 30 años ahí, tirados. Los mecanismos de cambios de vías y para hacer girar las locomotoras todavía funcionaban, los letreros, bicis sobre raíles… pero lo mas llamativo una vez mas, la gente. En la estación estaban pocas personas al principio, dos señores mayores que habían trabajado en la estación y que nos preguntaban si se iba a abrir de nuevo, solo estábamos de visita poco podíamos decirles… Al parecer al clausurarse, a ellos, vigilantes, se les comunico poca cosa y aun esperan a que se reabra y que el pueblo vuelva a ser tan floreciente como en épocas cercanas.

Poco a poco se fue acercando gente y al final nos miraban y les mirábamos un total de unas 80 personas, medio pueblo. Nosotros con ganas de hacerles fotos a todos y ellos con ganas también de que se las hiciéramos así que… la curiosidad es mutua.

De todos ellos los que se llevan siempre la palma son los niños, absolutamente adorables cuidando unos de otros y siempre dudando entre si asustarse o reírse de nosotros… Existen a montones, ya puede haber solo un par de casas que ellos aparecen por cualquier lado, dispuestos a perder el tiempo con esos blancos raros que aterrizaron por ahí…

En Baro la gente es amabilísima, me mostraron como se pesca, nos enseñaron las ruinas, lastima que después de tanto viaje solo pudimos quedarnos un par de horas, debíamos regresar.

Para la vuelta me acople con unos franceses y el viaje fue mas cómodo rápido y.. peligroso, en general la gente conduce sin miedo a la m… y encima este francés parecía contagiado así que allí fuimos, con una moto en el pick-up, la sensación por cada pueblo que pasábamos. Era parar y montones de gente se acercaban a mirar…que raros son los blancos dirían, y que raros e interesantes ellos… y siempre saludando. Por cierto en esta zona se saludo agachándose uno…como la foto de los niños.

Después de varios sustos propios y ajemos en la carretera, llegamos por fin a Abuja, unas cervezas y para casa…la cabeza temblaba de tanto coche y de tantas sensaciones…. Volveremos.

En Abuja todo esta tranquilo, a la espera e incluso deseándolo, que me manden para Uyo, tengo algunos regalos pendientes que hacer…